Por Tina Romero recibe Cabrito de Cristal en 19 de ficmonterrey
El Teatro del Centro de las Artes fue la sede en la que la actriz Tina Romero recibió ayer la presea Carbito de Cristal de manos de Ricardo Gil, consejero del ficmonterrey, como parte del homenaje que le brindó la edición 19 del festival.
“Quería ser actriz porque fui al cine y veía las películas y decía yo quiero estar allá arriba. Me enamoraba de los personajes. Yo quería ser la princesa y la reina y todo,” comentó la actriz que cuenta en su haber con un trabajo actoral de cinco décadas y personajes icónicos de producciones memorables del cine, teatro y televisión.
Homenaje
Columba Vértiz, periodista de Proceso, moderó el homenaje a Tina Romero en la que hicieron un recorrido por la vida de la actriz cuyo trabajo actoral, le ha permitido dejar huella en México y el extranjero gracias. Aquí un resumen de los puntos más destacados de la charla.
Columba: ¿Te gustan los homenajes? Qué sientes que te rindan un homenaje, que envuelve todo lo que has hecho? También, ¿cómo te ves en este momento?
Tina Romero: Es el primer homenaje así personal. Estar aquí en Nuevo León con la gente de Monterrey y en este festival,es un honor. Ustedes deben estar muy orgullosos de su festival.

C : Todos sabemos que comenzaste en la pantalla grande con esta película ya clásica Alucarda, la hija de las tinieblas que se proyectará en un rato. ¿Cómo iniciaste realmente a actuar?
TR – Pues de niña me gustaba escribir obras de teatro. Contrataba a los niños, les daba dulces para que actuaran en mis obras. Cuando era Día de las Madres o Navidad … hacíamos todo un escenario y nuestro guardarropa. Mi hermana siempre era fiel en todas mis obras y otro niño ya no quería participar cuando ya no habían más dulces y yo tenía que hacer el personaje de la mamá y luego la reina. Desde ahí me gustaron las artes escénicas y siempre me gustó mucho el ballet, la música y el canto y luego empecé las clases de actuación con una maestra inglesa en San Ángel y presentábamos unas obras en La Capilla así inició. También me gustaba la pantomima. Ya después empecé hacer cine en Super 8, estaba de moda y estaba el Festival de Cine Erótico. Ahí andábamos, ayudabamos en todo. Entonces si no participabas como actor, ayudabas en la producción a hacer las películas de Super 8. Después empecé a hacer teatro..Shakespeare… Fui a hacer casting para El Parral, no quedé. Un día me citó Juan (López Moctezuma). Me hacía leer con todos los actores. El guion estaba en inglés, en ese entonces era raro que hubiera una película mexicana en inglés, ahora es una cinta de culto. Había desfiles con la imagen de Alucanda, y …que bueno que la película es valorada años después.
C: Luego trabajaste en “Chin chin el teporocho” de Gabriel Retes, “Las Poquianchis” de Felipe Cazals, ¿cómo era trabajar con los realizadores?
TR: Interesante, aprendí a trabajar de día y de noche. De noche se me hacía más pesado y en ese tiempo era filmar en 35 milímetros, no se podía gastar tanto material. Pero hay cosas, aprendí a bailar en Tepito con música así de más de brinquito, a hablar como los de ahí. Y ahora se me está pegando el acento del norte un poco, fue muy interesante. Fue una buena experiencia trabajar con
Aaron Hernán, QEPD.
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C: ¿Y Las Poquianchi?, Se llevó a la pantalla grande la historia de estas mujeres criminales…
TR : Sí, ha sido una de mis películas favoritas Las Poquianchis. Llegaba yo muy afectada a mi casa después de las filmaciones, porque era un tema sórdido, triste. Y luego me acuerdo que Felipe quería que yo me viera fea, ya que me habían atacado… y por más que trataba, pues no. El guión estaba muy bien escrito.
C: Han sido muchos los títulos fílmicos en los que has intervenido. ¿Qué ha sido lo más difícil?
TR: Las escenas de violencia, no me gustan mucho, me han aventado, tirado de un caballo y esas partes fílmicas no, no me gustan mucho, pero lo bueno es que ya hay dobles. Ha habido momentos difíciles donde me han querido desanimar, pero no me dejé. Tenía que seguir con mi pasión el arte de la actuación, además pues este homenaje se lo dedico a mi papá mexicano Javier Romero y a mi mamá, a mis hijos que han entendido mi carrera, entendieron que yo estaba ocupada por mi trabajo, por el teatro. A mi papá le encantaba, estaba muy orgulloso.
C: ¿Tu familia se sorprendió de que quisiste ser actriz?
TR: Mi papá era publicista, le dije que quería ser actriz y me dice “el ambiente es muy difícil,” “sí, papá, pero no te preocupes yo quiero ser buena actriz. Mi motivación de joven era expresar el dolor humano. Tenía mucho contacto con la gente humilde pero ahora me gusta mucho la comedia, me encanta hacer reír.
C: Has hecho teatro, televisión dónde has tenido una presencia importante. ¿Cómo ves esas áreas en tu vida? ¿Qué te han aportado?
TR: La televisión también me encanta, proyectos culturales. Hice novelas semanales. Siempre he agradecido mucho la respuesta del público a mi trabajo, eso es algo que me motiva mucho. Y la telenovela te da mucha visibilidad.
C: ¿Cómo te preparas para un personaje? ¿En qué te centras primero, tú qué le aportas al personaje?
TR: Vas aprendiendo con la experiencia y ya me di cuenta que el personaje te lo da todo, el drama del personaje te debe de conmover como actriz. Antes de actuar si me pongo muy nerviosa, yo caliento mi voz, me gusta calentar mi voz, repito mis líneas en voz alta. Antes de entrar a escena me sigo imaginando ¿por qué mi personaje está ahí?, ¿qué problema tiene?, ¿está casada o no? Esas cosas no salen en el guion, pero yo las necesito para trabajar, para entrar al set. Y la lección número uno: hacerle caso al director porque si no te corren.
C: ¿Te gusta verte en la pantalla?
TR: No. La primera vez que fui al cine y me vi, me quería meter debajo del asiento.
C: En este momento donde hay series, mucha producción de cine y pasamos por la pandemia. ¿Cuál es el compromiso del actor, la actriz de entretener?, además, ¿cuál es el papel del actor?
TR : Hacer proyectos que estén bien escritos, que haya algo profundo que criticar que ofrecerle al público, que la gente se divierta, siento que es el propósito del arte.
C: ¿Qué sientes al hacer un personaje?, ¿qué siente tu alter ego? ¿Cómo se da fuerza y valor para crear el personaje que van a ver?
TR: Cuando voy a actuar siento que voy a entrar en un trance, como que ya entre en otra persona y salgo de mi vida y eso es lo que me gusta, que entró en otro mundo, se me olvidan los problemas. Se me olvidan muchas cosas, yo creo que por eso me gusta actuar.
C: Por último, ¿algún personaje que has soñado o a lo mejor un personaje que tu creaste, qué te gustaría actuar en este momento?
TR: Me gustan los personajes de época. Me gustaría ser una mujer famosa o una mujer sencilla. Todas las mujeres tienen una historia. Me acuerdo que una vez fui a una fiesta y un hombre machista me dijo: “no quiero que hables con los hombres de esta fiesta” y yo estaba ok. Y me puse a hablar con las mujeres y aprendí mucho de ellas.
C: Para despedirnos, ¿qué le dirías a las nuevas generaciones que se quieren dedicar a la actuación?
TR: Lo primero que tengan varias pasiones, no solo una como antes nos decían. Yo siento que es bueno tener varias pasiones. Una quizás sí sea más importante que la otra pero hay que tener esa riqueza en tu vida por si un proyecto no va bien, tienes otra pasión que desarrollar. Especialmente si te gustan las artes escénicas. También decirles que en su vida pueden logran lo que quieran. Todos pueden lograr lo que quieren, que no te limiten. Si quieres ser músico a los 20 años, ser músico. No hay que limitarse por la edad.
Trayectoria:
Tina Romero nació en N.Y. en 1949. Cuando tenía 3 años se mudó con su familia a la CDMX en donde nació su vocación actoral a temprana edad gracias a una profesora quien conociendo su timidez la invitó a estudiar actuación. Su debut en un filme profesional de 35 milímetros fue en 1975 en el largometraje de terror Alucarda la hija de las tinieblas de Juan López Moctezuma, película de terror fuerte e imaginativa que se ha convertido en un clásico de culto. Así inició una de las carreras más prolíficas en cine, teatro, televisión y streaming.
En 1976 estelarizó Lo mejor de Teresa de Alberto Bojórquez; también apareció en la reconocida película Chin chin el teporocho del director Gabriel Retes y en Las Poquianchis de Felipe Cazals . En 1977 participa en Flores de papel de Gabriel Retes y en La casta divina de Julián Pastor, drama histórico ganador de un Ariel a Mejor Película con el que Tina Romero también ganó un Ariel y una Diosa de Plata a Mejor Actriz de Reparto.
Dos años después protagonizó Bandera rota de Retes una interesante producción de carácter cooperativo. Su debut en Hollywood llegó en 1982 con la aclamada cinta Missing del director Franco-Griego Costa Gavras acerca del golpe militar en Chile, que obtuvo la Palma de Oro del festival de Cannes.
Enamorada de la delicadeza de la danza, la música y el aplomo de vivir sin miedos la actriz fue pionera con temas como LGBT filmes como Las apariencias engañan bajo la dirección de Jaime Humberto Hermosillo. En 1993 fue parte del elenco de Kino: la Leyenda del padre negro una premiada cinta del director Felipe Cazals y en 1999 participo en Un dulce olor a muerte con un guión de Guillermo Arriaga dirigida por Gabriel Retes.
El año 2004 marcó el retorno de TR a la pantalla grande con su actuación en Las lloronas, ópera prima de la directora regiomontana Lorena Villarreal basada en la leyenda de terror mexicana, realizada y producida por mujeres y rodada en Nuevo León. También bajo la dirección de Villareal participó en el filme de ciencia ficción Silencio de 2018.